Nos han enseñado cómo vestir. Cómo pintarnos. Nos han enseñado cómo hablar, cómo escuchar. Nos han enseñado a estar callados, y a estallar. Nos han enseñado a mirar, a tocar. Nos han enseñado a correr, a caminar lento y rápido. Nos han enseñado a aparentar lo que no sabemos, aún sin saber quiénes somos. Nos han enseñado a querer, a rezar, a creer, a comer, a leer y a pintar. Nos han enseñado a decir no, y a decir sí. A decir sí cuando no queremos y a decir no cuando sí queremos.
Nos han enseñado a hacer música, y a cómo escucharla. A cómo tratarnos, a cómo estar con los demás. Nos han enseñado lo que es el mar. Nos han enseñado a ser corderos y a ser ovejas. También nos han enseñado a ser leones. Nos han enseñado a ser niños, a ser niñas y a ser mujeres. A ser adultos. Nos han enseñado a utilizar los libros, a llevar caretas. Nos han enseñado la Tierra, nos han traído el pan. Nos han traído el agua, y nos han enseñado a beberla.
Nos han enseñado a todo, pero no sabemos nada. Es fácil de decir, pero no de imaginar.
Me gustaría desaprender todo lo que sé y volver a empezar. Tropezarme con el mar, inventar palabras y ser niña. Poner caretas a los libros y pintar leones que abrazan a corderos. Decir sí para negar y no para asentir. Comer agua y beber escarcha. Rezar a las piedras y nadar en el cielo.