APARTADOS

Mostrando entradas con la etiqueta poeta. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta poeta. Mostrar todas las entradas

lunes, 29 de agosto de 2016

Vertedero de mentiras

Si hubiera una mujer que escribiera como Bukoswki, seguramente sería prostituta. Guardaría un arma entre el cajón de sus bragas, como diría Nacho Vegas.

Se acostaría con cualquier hombre borracho que encontrara en barras sucias y solitarias de bares escondidos y oscuros. 

Sería seguramente adicta a diversas drogas como el caballo o la cocaína que cambiaría a cambio de su cuerpo. 

Escribiría con pseudónimo para que alguien, solamente alguien, la tuviera en cuenta. 

Tendría un idiota detrás de ella, enamorado hasta la médula, al que acudiría de vez en cuando para que la sacara de los apuros y la bañara y luego la pusiera en su cama a dormir hasta que ésta se largara a meterse algo de nuevo,

Iría a un club secreto sólo para poetas de mala vida en el que pocos la tomarían en cuenta y muchos intentarían follársela. 

No tendría familia. 

Habría, si acaso, abandonado a un pequeño bebé en un capazo en la puerta de un orfanato, fruto de una violación brutal. 

Habría  matado, a partir de entonces, a todos los hombres que la hubieran intentado forzar, a cuchilladas. 

Una sola vez habría ido a la cárcel, pero Él la hubiera sacado relativamente pronto. 

Hubiera intentado salir de ese ciclo sin fin si hubiera encontrado algo de refugio en su literatura, o en la historia de su vida. 

Pero no le ocurriría eso.
No le ocurriría nada,

sábado, 5 de diciembre de 2015

El pajarillo que más alto quería volar
fue el que murió primero.

Yo lo vi todo desde mi ventana.
Apenas causaban estruendo
cuando caían contra el suelo.

Sus cuerpecillos débiles y emplumados
se aplastaban contra el adoquín.
Ninguno hubiera volado de saber su fin.

Pero la vida es así.
Siempre hay que intentar volar.

Aunque sólo sea para extraer placer dantesco
de la caída más alta.
Sentir flotar.


Yo los miraba y sonreía. Me acordaba de cuando yo misma caí. De bruces contra el adoquín. Y decidí reírme de todos los poetas modernos a partir de aquel certero golpe.

Nunca fui pájaro.