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martes, 12 de abril de 2016

Esto es una canción

"Te encanta el olor a desdicha,
el síndrome de Tristeza,
y no puedes parar"


Cuando me dijiste que el Karma me lo devolvería y lo pasaría mal ni siquiera eras consciente de la fuerza de aquellas palabras y de que, por alguna razón que quiero desconocer, se cumpliría tu deseo.

No sé por qué dudé en algún momento. A ti te sale siempre como quieres, eres de ese tipo de personas. Este caso no iba a ser una excepción. 

Las cosas me fueron como esperabas. O quizás no, porque tampoco lo sabrás nunca con exactitud. Es mejor así. Guardar la mierda debajo de la alfombra. 

Y aquí estoy. Sigo viva, ya ves. Nos rompen las promesas y los sueños, nos decepcionan, nos convertimos en sombras de lo que íbamos a ser, y sin embargo seguimos vivos. Así somos. 

Las relaciones son un columpio sube-y-baja. Es difícil encontrar el equilibrio. Lo más fácil es que uno se encuentre arriba y el otro abajo. Y en algún punto en el que ambos están trabajando de igual manera, se encuentra el eje horizontal. Tú y yo nos columpiamos largo rato. Arriba, abajo. A veces en el centro. 

La última vez que estuviste abajo tú te bajaste del columpio sin avisar. Y yo caí en picado contra el suelo. 

Aún así no me levanté. Seguí allí sentada esperando a que algo ocurriera. No podía ser que ninguna fuerza equilibrara esto. 

Me fue mal esperando a que volvieras. A que volviera alguien. Pero entonces, tras largas horas de espera y desidia, decidí moverme. 

Me senté justo en el centro del balancín. El culo en el centro exacto. Es difícil mantener el equilibrio solo, pero es mejor que esperar que otros lo hagan por ti. 




Me fue mal, como deseaste. Prueba a desear otra cosa, valiente. 

domingo, 23 de marzo de 2014

- Tía, qué fuerte. ¿Has visto su facebook? Ni una foto juntos ya.. 
- Sí. Debió tener una revelación o algo 
- Ya no creo en el amor 

Larraín + Valparaíso= Amor


"Ya no creo en el amor", es una frase que me hace mucha gracia. Sobre todo si me la dice mi amiga Sandra. Y sobre todo si lo hace en una conversación sobre dos (des)conocidos nuestros que se han pasado los años juntos declarándose amor eterno y jugando a ser marido y mujer ideales. Eso, No se hace. Ahora ya nos habíamos acostumbrado a vuestros corazones, las fotos de besos y los "cuando tengamos hijos les llamaremos como sus abuelos". Si hacéis todo eso, solo por el resto de personas, ya  no podéis cortar así como así. No rompáis nuestros esquemas. Es muy duro. 

Si ellos lo han dejado, con lo feliiiices que eran en facebook, no hay esperanza para ninguna de nosotras.

Esta clase de cuentos de cristal que se rompen en mil pedazos y con ellos sale la farsa esta que creamos para creernos lo que no vemos, me recuerda a mi lectura actual: 50 sombras de Grey. Mi madre se ha alarmado, "es tan poco tú". Tenía que hacerlo si quería discutirlo. 



Debo decir que me esperaba otra cosa, la verdad. Para empezar, más poesía. Si es una novela erótica, da para mucha descripción, muchas sensaciones, es una especialidad exquisita de la que se puede sacar mucho partido si uno sabe de literatura. Pero la escritora no es de florituras. Ni de nada. El libro está escrito con poca gracia, con mucho recurso fácil, y muchas cosas sin haberlas experimentado. ¿Como puedes describir las sensaciones que tienes tras un determinado encuentro  sexual sin haberlo experimentado en cuerpo y alma antes? Y ella, desde luego no lo ha hecho. Si no el libro no diría muchas cosas que dice.

Luego está la historia. Dos personas que se enamoran en una semana por tener mucho sexo (el sexo también enamora, María). Él es un extraño personaje que solo hace perversiones (¿sería esa la palabra?), que "no hace el amor", "solo folla" y que no tiene relaciones sentimentales, sólo contratos con las mujeres a las que se tira. Me extraña muchísimo que a la escritora le cueste tanto decir pene, polla o coño. Con la de veces que lo dice, y no puede dejar de llamarlo 'mi sexo'. Muy mal. 

Total que el hombre-sin-sentimientos acaba perdiendo el culo por la que iba a ser solo una sumisa más, pero acaba pasando las noches con él. Durmiendo juntos. Cosa que él no hace con nadie. Y se envían muchos mensajitos y correítos. 

Y él tiene tanto dinero que le regala un Audi, un Mac y una Blackberry. Cuanto amor, sí. Es un recurso tan fácil. Es un hombre guapo, sexy, inteligente, que viste muy bien, que es muy rico y se siente mal  y por eso regala cosas a la gente. Sobre todo a la protagonista. Es jugar sucio con las pobres lectoras. No voy a decir que no existen hombres así. Pero es que no existen personas así. Y eso también es una farsa más. 


 ¿No existe el sexo sin amor? Para una cierta parte de la sociedad, no.  ¿Y tú en qué parte estás, M?



Voy a ser una indignada feminazi más: El libro de las 50 sombras es un poco machista (y capitalista). 

Pero voy a ser también una chaquetera: Y obviamente a cualquier feminista le encantaría tener perversiones sexuales con un guapo y sexy chico de americanas de raya diplomática.