Las personas somos drogas. Y como las diferentes drogas que habitan nuestro mundo, cada una posee una pequeña chispa que estalla en nuestro organismo y nos hace sentir... Bueno. Nos hacen sentir a secas.
Pagaríamos lo que fuera por sentir, no es cierto.
¿Cómo elegir una droga? Una sola. Supongo que habrá gente que se sentirá mejor entregándose a una única sustancia.
La conoce y la maneja. Se siente cómodo con eso que experimenta cuando la consume (o deja que ella lo consuma a él) y ahí comienza el vicio. Los pequeños orgasmos.
Primero es sólo alguna noche. Después también algunas tardes. Pero lo peor es cuando la tomas de desayuno.
Ahí parece difícil la vuelta atrás. Ya ni siquiera hay tiempo para tener el mono.
¿Pero y si (Sólo y si) pudiéramos tener varias a la vez? No hay dos iguales. No hay dos sensaciones que se parezcan. ¿Por qué entonces dejar de lado unos momentos por otros cuando éstos no son sustitutivos?
La renuncia voluntaria debería ser ilegal. El sentido común no existe.
---Cualquiera diría que esto es una oda al poliamor----
No hay comentarios:
Publicar un comentario