Si desgranas el tiempo y lo tiendes sobre una cuerda a secarse al Sol, tu vida cobra sentido. Y se reduce a unos pocos momentos y sensaciones.
Tu primer beso, aquella victoria en Infantiles. Un discurso improvisado. El titulo de la carrera, o un brindis con la única persona que te acompañaría a hacerlo en vino de caja y vasos de plástico.
La vida son momentos.
Como telas de colores meciéndose en la brisa de la mañana se mueven entre nuestra memoria y nos hacen vibrar.
Pero mientras perdemos el tiempo en ver la ropa tendida, se nos olvida lo que llevamos puesto.
Si desgranas tu tiempo y te sientas a mirar el pasado te darás cuenta que en ninguno de los momentos que recuerdas estás haciendo precisamente eso.
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Abrir la ventana y dejar entrar al temporal. El olor de lo que se viene es excitante. La ropa tendida puede esperar.
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