APARTADOS

miércoles, 1 de junio de 2016

Dedicado a los que hacen luz

"Estaba tan preocupada mirando mis problemas, dándome pena a mí misma, siendo la anti-heroína de mi propia película, que apenas me daba cuenta de la luz que irradiabas."

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Cuando me di cuenta de que no era invencible, que las cosas me derrumban como al resto de mortales (y quizás más), de que no iba a salir todo siempre como yo quería, entonces y sólo entonces comencé a sentirme libre. 

Libre de su recuerdo, libre de ideas preconcebidas, mundos imaginarios que nunca existirían, y pensamientos que se habían convertido en verdades.

Me sentí libre y mundana, no me sentía la peor. Ni mucho menos la mejor. Sólo me sentía real. Yo misma. Con todo mi caos envolviéndome y haciéndome flotar en ese mundo de verdades y mentiras que yo me había creado y en el que comenzaba a darme cuenta de la posición que tenían todas las cosas. 

Tan sólo tenía que comenzar a seguir el camino que un día comencé a dibujar. Aquel en el que, a pesar de todo, seguía caminando y leyendo y me encontraba en ojos ajenos y en los ojos de siempre. Pero me encontraba nueva. 

Sin mochilas pesadas de arrepentimientos o culpas. 

Era un caos estable. Pero un caos al fin y al cabo. Y como cuando uno quiere deshacer el nudo para comenzar a trenzar la cuerda, me senté tranquilamente a la luz de una Luna muy chica y comencé a desenredar cada hilo e hilito. 

Aún no he acabado. Pero cada vez está menos tenso. Cada vez está más cerca. 

Cada vez estoy más cerca.


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