APARTADOS

miércoles, 25 de enero de 2017

Aléjate de mi,
aléjate por favor.
Que ya no aguanto más.

El sexo débil se levantó. 
Se arrancó de las entrañas el útero
y lo sacó, mostrándolo grotescamente. 

El público aplaudía loco, fuera de sí. 
El sexo débil agitaba bien alto 
aquel trozo de piel ensangrentada. 

Sin decir palabra, el sexo débil lanzó 
contra el suelo aquella basura orgánica
y acto seguido encendió una cerilla 
y la dejó caer sobre el útero. 

Se apartó y comenzó a ver ensimismada
como se quemaba 
aquella orgánica idea 
y el discurso se desvanecía 
convertido en cenizas. 

El público se fue a su casa 
llorando de emoción 
con un agradable sensación de vacío. 

Vacío.

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