Estoy dentro de mi corazón, el espacio reducido, estoy en posición fetal, mi pecho desnudo toca mis rodillas. Una puertecita se abre y me descubro allá adentro, encogida. ¿El espacio de un reducido corazón es un buen lugar para vivir? Ahí estoy armando mi hogar, mi pequeño terreno personal, y quién sabe qué ocurre adentro cuando construyo afuera.
Estoy en mi corazón y veo una aguja traspasar la carne, se está cosiendo algo. Alguien está cosiendo dos pieles, les está devolviendo la unidad que en algún momento perdieron. Hay una herida tejiéndose y curándose, la división desaparece.
Vicente Barrios
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