Es una lástima que no piense las cosas antes de hacerlas.

Nunca hago borradores de las cartas. 
Cojo el lápiz y comienzo a deslizarlo a ver qué sale. 

Mientras imagino a las personas que cruzan mi mente yendo de un lugar a otro por la ciudad, pienso que cruzarme contigo no estaría mal. Y salgo, a ver qué pasa. Así, ¿sabes? Sin saber muy bien hacia dónde voy. A veces a pie, para que me veas mejor. Otras en coche, para llegar a lugares donde siempre he pensado que te encontraría. Pero nunca ha surgido efecto.

¿Será que te escondes de mí?, reconócelo granujilla, me evitas. Es eso. Estoy seguro. A mi me puedes evitar. Pero cariño, los recuerdos no se pueden evitar. Puedes intentar fumarte paquetes enteros, escuchar mil canciones y contar ovejas. Apareceré en tu mente cuando yo quiera. Mejor, cuando tú quieras. Aunque no quieras. 

Encontrado en kryeveper.tumblr.com

Tengo envidia del que fui cuando estaba contigo. Me tengo mucha envidia. Ahora soy más polvo que nada. Pero sin polvos, y con dramas. No es que tú me hicieras mejor. Es que yo me convertía en mi mejor yo cuando te sentía cerca. Y aún tengo algún atisbo ahora, pensando que te voy a encontrar a la vuelta de la esquina. Pero es mentira. 

Empiezo a pensar que nosotros fuimos una mentira. Pero tengo un problema, me encantan las cosas que no son verdad. Me alegra el vivir imaginar cosas que no han sido ni serán, pero son en mi mente. Quizás sólo fuiste eso, una novia de mi mente. Y ahora sólo recuerdo los recuerdos. 

Tú mientras, te ves cada vez más guapa en las fotos. Ya no me imaginas, ni me ves. Ni me quieres ver. Has dejado de ser tu peor tú, que era la que yo construía. Yo justo al contrario. La vida no es justa. Siempre pensando que yo no era el adecuado, que te merecías algo mejor. ¿Y yo qué merecía? Justo lo que tuve, parece. 

Una decepción. 
Y sin embargo, sigo teniéndome envidia. Si pudiera volver a cuando yo era súper yo y tú eras infra tú, te ataría con los cordones de mis zapatos a mi espalda, y te haría mi sombra para siempre.