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Have A Nice Day Art Print by Cali Sales

Hay un cani* haciéndose selfies al lado de dos chicas en el tren. Ninguna le hace ni caso, ni se inmutan. Es normal que un chaval de aparente poca inteligencia, con el pelo llevado hacia arriba de una manera enigmática, tenga el brazo alzado y un móvil apuntando hacia su cabeza. La mirada está puesta al frente, para no salir mirando a cámara. Al final se lo piensa y sí mira. ¿Hará morritos?

Yo, mientras, leo artículos de mierda en un blogg que se cree revista porque pone fotos hipsters en noticias que solamente te dicen lo que quieres oír sobre la felicidad, el vivir la vida al estilo neocontemporáneo (reciclar y lo de antes, lo solo contemporáneo), follar con todos sin sentirte mal, olvidarte del que no te quitas de la cabeza... y toda esa retaíla de temas que tienen los jóvenes de entre veinte y treinta y muchos en la cabeza. 

Google ameniza mi decadente lectura regalándome pop ups de anuncios de mierda. Si tuviera que hacer caso de todo lo que me ofrecen, habría comprado pastillas mágicas contra el alzheimer (tarde), tendría un pelo sedoso y no se me caería gracias a unas gotas que son lo último. También gastaría diez tallas menos y vestiría como una furcia con ropa de marca súper barata porque les faltan los botones. Comería cosas que no son lo que parecen, y bebería tanto té y líquidos drenantes que debería llevar compresas para no tener que bajarme las bragas para mear cada diez minutos.

Me hubiera quitado ya mis pequeñas pero molestas lorcillas (de lorzas + morcillas) gracias a un novedoso estímulo de no sé qué que te ayuda a hacer desaparecer la grasa del cuerpo. La señora de la foto se coge una gran lorza en la primera foto, y en la otra está tan sonriente por su descenso de peso que su sonrisa es más grande que su estómago. 

Sin embargo, los anuncios son mentiras gratuitas. Sí, querido lector, siento ser yo quien te lo diga. Nada se puede hacer contra las lorzas, el alzheimer o la caída del cabello. Morirás de todos modos. Antes o después. No podrás ocultar mucho tiempo ese cuerpo fofo e imperfecto que tienes. Si estás delgado, acabarás envejeciendo. Si estás gordo, acabarás envejeciendo. Si no se te cae el pelo, te crecerán las orejas. Y si te has operado la vista, el calentamiento global te subirá las dioptrías tanto que sentirás que deberías haber invertido el dinero de evitar las gafas en aparatos para poder enseñar las palas y evitar los dientes de oro. 

En este párrafo viene la reconciliación. La razón del todo. La moraleja. Ah, espera. No hay moraleja. Lo que he escrito es lo que es. Sin más.

Venga, feliz semana! (de jueves a jueves)

*Cani: el del Vilareal no, que también. El típico hijo chungo de la vecina del tercero que es un ni-ni declarado y siempre lleva chándals y piercings en la cara.