APARTADOS

domingo, 21 de febrero de 2016

¿Apocalípticos o integrados?

No sabía de quién era aquello leía en los años de universidad con tanta, tanta rebeldía y sed de conocimiento. En mi estado de darme-cuenta de todo no me estaba enterando de lo más importante: la teoría sólo es eso. Puede dar explicación a un dolor, pero no paliar sus consecuencias ni ningún tipo de sufrimiento. 
Era de Umberto Eco, por cierto. 

Me da lo mismo que más me da. Los autores sólo sirven para citarlos. Sus vidas me suelen dar igual. Sus apellidos, sueños truncados y razones de sus des-varios nunca me han picado la curiosidad. 

Si me hubieran preguntado dónde te ves en cinco años, en ningún caso hubiera dicho esto. Y hoy:

¿Dónde te ves en cinco años? Quién es esa.

Hay mapas que mirarlos implica conocimiento. 

El conocimiento es el poder, la llave. Pero detrás de la cerradura no hay placer. ¡No hay placer! Malditos cuentos. Qué feliz me hacía leerlos. Pero ya hemos crecido. Ya no son cuentos. Ni historias bonitas de sociología contemporánea y absolutamente europocentrista.

Antes los libros me hacían compañía. De ahí salían algunos de mis amigos. Ahora sólo me hacen sentir sola. Una pequeña y abrupta isla en un mar bravío. Muy bonito, muy grande. Muy especial. Pero demasiado desolador.

Prefiero la vulgar sensación de sentir los pies en tierra firme. 

Se trata entonces de que soy una Integrada des-integrada. Justo lo que esperaban.


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