APARTADOS

viernes, 25 de marzo de 2016

P a l a b r a s

Lo mismo eran una canción, que un libro de cuentos ilustrados, que un viento fresco mañanero, que una discusión de niños al salir del colegio.

No eran más, ni eran menos que eso. Trozos de vida. Momentos eternos. Miradas lascivas, o suplicantes, o irónicas, o cariñosas , o risueñas. Nunca sabrían cuantas miradas fueron.

Películas con sabor a fracaso, música que abrazaba los oídos pesimistas, rincones de la ciudad especialmente diseñados para alguien que habían acabado siendo ellos. Como el que nace y no sabe si va a llorar o se espera a que lo haga otro antes.

Pero ellos seguían sin ponerle nombre al puente que los había unido.

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