Sé por tus marcas
cuanto has viajado
para olvidar lo que hiciste
sentir algo que nunca sentiste
La vida ya no duele.
Quizá fue la distancia adecuada.
Sin embargo,
en lo único que creo
es el tiempo.
Y los libros,
siempre los libros.
No importa que vaya despacio,
o rápido.
El único ritmo que existe
es el del corazón.
Ese lugar en el que te acogí,
del que te eché,
y en el que aún no te encuentro lugar.
¿Se supone que esto es la felicidad?
Nunca creí en ella.
Ni en ti tampoco, seamos serios.
Pero los libros,
siempre los libros.
La lectura marcada
por los latidos,
leída en un tiempo prudencial,
a una distancia perfecta.
Esa es la única certeza.
De que la vida no duele,
tú no existes,
yo no creo,
y ellos no saben absolutamente nada.
¿Se supone que esto es la felicidad?
Deja a los recuerdos donde están.
No hay espacio para la segunda par
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