APARTADOS

jueves, 6 de abril de 2017

Caminos nocturnos

Ante el irremediable momento de sucumbir al sueño, me preguntó a mí misma a la desesperada, en qué quiero soñar.

Me imagino un desierto de pequeñas llanuras y distintos colores. Me imagino sentada viendo el paisaje  abrumador y preguntándome si el horizonte siempre está a la misma distancia. El horizonte de mi mar no se parece al de este lugar. 

El desierto es el de Atacama. Lo intuyo porque solamente he estado una vez ahí , pero desde luego es un lugar con el que me gustaría soñar. Quiero que mis aventuras nocturnas sean ante paisajes grandiosos y colores claros como el de ese lugar. 

Sin embargo, sé que por mucho que lo intente mi cabeza me llevará al mismo sueño de siempre. Como un callejón sin salida al que , cuiriosamente, desembocan muchas calles distintas. 

Siento que estoy llorando pero son los ojos  que están cansados de que busque paisajes en mis recuerdos antes de entregarlos al sueño. También tengo algunas ganas de llorar. Algunas, como un contable indeterminado. Esa pobre palabra sí que da ganas de llorar. 

Vuelvo a pensar en los paisajes del sueño. Siento la necesidad de decidirlo antes de irme a dormir como si eso fuera suficiente. 

Finalmente mis ojos van cayendo, el paisaje se va tiñendo de negro , mis párpados lo apagan. 

Me lleve donde me lleve el sueño hoy, intuyo que acabará en el mismo callejón de siempre. 

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