El barco nudista era una idea que tenía ella desde que tenía una imaginación desarrollada (es decir, los quince años).
Nunca se la había contado a nadie cuando conoció al que después sería su pareja. Y fue él quien pudo escuchar en primicia la idea de Lola. Una noche blanca en la que ambos compartían vino y sexo en una barcaza a orillas del mediterráneo.
Más adelante, cuando ambos jóvenes decidieron compartir sus vidas ya tenían claro que esa sería su forma de subsistencia. Esperaron hasta que Lola pudo heredar el barco de su abuelo y juntos le dieron un una nueva cara a éste. Aunque aún no lo sabían, esa iba a ser su casa.
Toda esta historia nos la contó Pere mientras nos llevaban a Formentera el primer día. Escucharle contar su historia era un placer que hubiera repetido mil veces seguidas sin cansarme.
Mientras Lola manejaba el timón y miraba al horizonte con una cara de paz que asombraba, él nos contaba sus cosas mientras nos daba de beber cerveza fresquita.
Había encontrado su empresa hacía apenas un mes. Navegando por internet. Quería que el viaje a las Baleares con ellos fuera especial. Y si invitaba yo se iba a hacer lo que yo quisiera.
Navegando en bloggs y páginas sobre las islas encontré la página de Lola. En ella enseñaba fotos de rincones preciosos, no las típicas fotos turísticas. Había mucha más información en esas fotos que en las imágenes típicas y aburridas de google.
Así que me interesé por la fotógrafa. En una de las partes de su página explicaba que se dedicaba a llevar a gente en su barco durante excursiones de varios días por las Baleares. Que vivía en la embarcación con su pareja y que ambos invitaban a los clientes a pasar con ellos viajes diferentes. En los que el barco se convertía en el hilo conductor de las aventuras y se acomodaban a las exigencias de los clientes.
Explicaba que los itinerarios podían ser infinitos y que ella y su pareja se dedicaban también a servir a los clientes en todo lo que necesitaran. Desde comida o guías hasta masajes relajantes. Tenía un rollo extraño todo lo que leí. Recuerdo que me gustaba lo que leía pero tenía cierta reticencia a llamarles. Al final lo hice y hablé con Pere. Tenía una voz tan dulce que supe en ese momento que nunca encontraría una forma mejor de llevar a los chicos de viaje.
Concretamos el viaje de una semana y les dije que seríamos cinco. Me pidió información sobre todo lo que necesitaríamos a bordo y en tierra. Yo intenté tenerlo todo en cuenta pero sin duda me dejé cosas. Les dije que la premisa era conocer todas las Baleares en una semana. Y no exigí nada más.
Ellos me dijeron lo de que era un barco nudista y al principio me dio la risa. Pero ahora que llevamos ya unas horas navegando y veo donde y con quien estamos, no veo inconveniente en desenvolver esta historia sin ropa.
Espero que todos lo pasemos bien. Y espero que a esta pareja le vaya la vida siempre tan bien como parece que les va ahora. Les daré una buena propina.
(CONTINUARÁ)

No hay comentarios:
Publicar un comentario