Estoy súper huevona. Llevo varios días no haciendo nada por las mañanas y poco por la tarde. Pero EH. Que estoy de vacaciones. Esto para mi es una liberación. Dormir 7 horas, ¡incluso ocho! Y dejarme llevar. Darle el placer al cuerpo en hacer lo que más le plazca. Descansar. Pues descansar.
Lo malo es lo de pensar tanto. Menos mal que tengo a Vero muy cerca y me acorta muchos caminos del pensamiento que no van a ningún lado. La experiencia es un grado. Vero, Cristian y David me ven más pequeña. Supongo que tienen razón. Me siento a gusto con ellos porque hacen que mis conclusiones y sensaciones se vean insignificantes y propias de mi edad y mi proceso.
Debería pensar menos y hacer otras cosas más. Ayer fui a entrenar, llevaba mucho sin ir por la maldita pierna. Y sin entrenador, las niñas se motivaron por alguna extraña razón y estuve una hora y media sin pensar en nada. Solo metida en el baloncesto. Cuando acabamos tuve que volver a mi. Pensar en el tiempo que había pasado, donde estaba, etc.
Adoro esa sensación y hacía tanto que no la tenía. Que salí de la Usach relajada. Como en paz. Casi flotando. Resolví en pocos minutos de claridad varios conflictos internos que andaba yo remugando. Y así. Tan fácil.
Por la tarde había estado hablando con la Cami antes de entrenar. La vida chilena. Camila y Victor se han portado tan, tan bien. Sin pedir nada a cambio. Sólo porque querían. Sólo porque me querían. Creo que volver ha valido la pena solo por darme cuenta de detalles como éstos. ¿Cuanto vale una amistad entre océanos? Aunque parece mentira, vale mucho más que una amistad de gente que se tiene cerca y sin querer más lejos que nunca.
Por la noche despedimos mi penúltima nocturnidad con unos vinos en casa y una relajada cena. Vero, David y Cristian son una compañía inmejorable. Y yo qué sé, que los dos primeros sean extranjeros también es interesante. Y David, que me decía ayer "te he arreglado el viaje, si no llego a estar no sé qué hubieras hecho". Me reí y callé. Tenía razón.
David es sorprendente. Y un descubrimiento. ¿ Cómo se podría plantear alguien si una estancia chilena vale o no con gente así? Es imposible sacar conclusiones negativas.
De Vero y Cristian qué puedo decir. Ojala duren mucho tiempo juntos y nos veamos pronto en México o en España.
Cristian siempre me lee el blogg para ver si he escrito sobre él. Y dice, que nunca escribo nada. Pero lo que él no sabe es que se ha convertido en uno de los pocos lectores que tengo ( cinco? Seis?). Y si escribo sobre él una pura vez, ya nunca me volverá a leer.
Así que no diré nada más de ellos. Normalmente lo que produce sonrisas y sensaciones no son cosas. Son personas. Momentos. Momentos con personas. Si el sentimiento es recíproco, qué más se puede pedir.
Tener mucha plata para venir siempre que los necesite. O incluso sin necesitarlos.
Créeme que aunque escribas de mi seguiré leyendo!!! Es una liberación de mi sistema y cotidianidad leer tu blog!!!!!!
ResponderEliminar