APARTADOS

martes, 5 de enero de 2016

Ausencias

- He aprendido mucho de ti este tiempo, por lo menos
- ¿Si?
- A no confiar en nadie



De repente, se pasó por el forro de su camisa la línea que separaba el amor del odio. Empezó a tirar, y tirar de la línea. La hacía un ovillo en su regazo. Hasta que se acabó.

Entonces se levantó, y aprovechando el espacio vacío, caminó de un lado a otro sin temor. Con paso decidido.

Cambió del amor a odio.

Y aunque muchos dicen que se parecen. 

Yo pienso, humildemente, que el dolor que se siente cuando alguien te odia, no tiene nada que ver con el amor que se siente cuando el otro te quiere. 

Lástima. 

Pasar del amor al odio es la verdadera causa de que nosotros, ahora, no seamos nada. Espacio vacío. Silencio. El temblor corporal después de decir palabras con ira. El sonido que acompaña al adiós indigno. La ausencia de contacto. Una montaña inmensa entre los dos. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario